ELECCIONES GENERALES 2020 Domingo histórico: Llegó el día “D”, Bolivia va a las urnas con incertidumbre y esperanza

Ha pasado casi un año desde que Bolivia estuvo en los ojos del mundo tras el fraude electoral del 20 de octubre de 2019 y la caída del régimen de Evo Morales tras 14 años de mandato socialista. Este domingo 7,3 millones de electores bolivianos están habilitados para protagonizar los comicios posiblemente los más complicados de la historia, buscando zanjar de una vez por todas las diferencias políticas y dotarse de un gobierno que recupere la estabilidad democrática y ofrezca una esperanza de salida a la crisis política, social y económica.

Para llegar a estos comicios, el país tuvo que pasar del fraude a la crisis social y política con cerca de 40 muertos en los enfrentamientos del año pasado. Instalado el gobierno transitorio se vino la primera convocatoria a las elecciones para el 3 de mayo.

Antes de ello, la presidenta Jeanine Añez quien dijo era transitoria, pateó el tablero y se convirtió en presidente-candidata, siguiendo el mismo esquema de Evo Morales, algo que varios sectores repudiaron.

Sin embargo, la mala hora pasó una factura a la presidenta de transición porque tras su postulación, a los pocos meses, en marzo, se desató la pandemia con graves efectos sociales, económicos y políticos.

En este escenario de emergencia sanitaria, la transición mezcló la gestión gubernamental con la campaña y la consecuencia directa fue el bloqueo desde la Asamblea que trancó varios créditos sanitarios, porque el MAS en su recelo político, quiso quitarle las alas a la novel figura presidencial que salió del sombrero de los Demócratas.

La corrupción terminó de hundir a los inexpertos gobernantes que fueron arrinconados por la aplastante mayoría del MAS en la Asamblea. La pandemia, la corrupción por los respiradores, crisis económica e ingobernabilidad crearon un ambiente favorable para una rearticulación masista que, tras la caída de su líder, tenían la moral en el piso, mientras los otros candidatos diseñaban estrategias electorales.

La pandemia obligó a postergar de mayo a agosto, luego al 6 de septiembre y finalmente 18 de octubre. En el transcurso, en el mes de agosto, la etapa preelectoral fue marcada por las manifestaciones y bloqueos de organizaciones sociales que rechazaron suspender las elecciones hasta el 18 de octubre, aunque después de dos semanas de protestas accedieron a la fecha.

Los temores de que la violencia resurja se reactivaron con declaraciones de dirigentes que advirtieron con «tomar el poder» en caso de fraude electoral y advertencias del Gobierno en sentido de encarcelar a quienes cometen irregularidades. La tensión llevó a que organismos internacionales exhorten de manera reiterada a bajar el tono en la campaña y llevar el proceso electoral en paz.

De los ocho frentes que comenzaron la carrera electoral, tres se retiraron: JUNTOS; Libre21 y ADN. Ahora los bolivianos tienen cinco opciones para elegir: Luis Arce del MAS, Carlos Mesa de Comunidad Ciudadana, Luis Fernando Camacho de Creemos, Chi Hyun Chung del FPV y Feliciano Mamani de Pan-Bol.

Los bolivianos asisten a las urnas con la esperanza de acaba las diferencias sabiendo que de antemano están frente a una elección polarizada y con un Tribunal Supremo Electoral que acaba de retirar el sistema de cómputo rápido por problemas técnicos, lo cual ha sorprendido a propios y extraños y podría anticipar un ambiente de polémica y descrédito por quienes se sientan afectados.

La semana pasada se daba por hecho un recuento rápido muy distinto al TREP que fue manipulado el año pasado para asesta el fraude que ha prolongado la incertidumbre política nacional hasta este domingo y no se sabe aún, cómo irá a terminar porque si no hay claro ganador hoy, la próxima será el 29 de noviembre.